domingo, 30 de noviembre de 2014

Hablar solos de Andrés Neuman



Editorial: Ediciones Alfaguara


N° de páginas: 192
Autor: Andrés Neuman
Género: Novela
Publicación: 03/10/2012


«Tuve que hacerlo así. Tenía que fabricarte ese recuerdo»

Un viaje. Dos triángulos. Tres voces. Una vuelta de tuerca matriarcal a la road movie: padre e hijo salen a la carretera juntos, por primera y quizás última vez; mientras la madre toma la palabra y emprende por sí misma una segunda exploración, incluso más arriesgada.

Lito acaba de cumplir diez años y sueña con camiones. Mario está enfermo y tiene deudas con su memoria. Antes de que sea tarde, ambos inician un decisivo viaje en el que compartirán mucho más que tiempo y espacio. Acosada por la idea de la pérdida, Elena se sumerge en una catártica aventura capaz de desafiar sus límites morales. Adicta a la lectura, no dejará de toparse con su propia vida en los libros, o viceversa.

Alternando ternura y crudeza, Hablar solos se desplaza de la infancia a la perversión, de la familia al duelo. Una novela perturbadora que indaga en las relaciones entre Tánatos y Eros, planteando una pregunta de profundas consecuencias: ¿cómo afecta la enfermedad a nuestra forma de leer y de vivir el sexo?


Esta novela la descubrí a principios de año, nunca había escuchado del autor, pero por ser Alfaguara una de mis editoriales favoritas siempre les presto un poco más de atención a sus ejemplares y de éste en particular me llamó la atención el título, algo en él me decía que tenía que llevármelo, además de que la sinopsis atrapa.

Con esta novela me sentí identificada porque en los últimos años he tenido que lidiar de manera frecuente con el tema de la enfermedad y en consecuencia la muerte. A veces no sabes cómo afrontar la situación, además de que por ser tan frecuente(en mi caso) te insensibilizas un poco, no sé pero a mí me sucedió y me hizo sentirme bastante culpable por Acostumbrarme cuando este tipo de cosas se supone que deben impactar, aunque la muerte es algo natural, nunca esperas que tu seres queridos se vayan tan "pronto". Escuché muchas frases de algunos familiares, por ejemplo, frases como: "ya descansó", "está mejor así", "ese era su destino" a una madre que pierde a su hija creo que no existe ningún tipo de consuelo y esas palabras más que reconfortar, pueden llegar a ser muy desagradables, pero es algo que las personas piensan y algunas veces no dicen, y es ahí cuando volvemos al título Hablar solos, a mí la idea de 3 narradores me gustó mucho, porque podemos conocer los diferentes puntos de vista de cada personaje, lo cual es algo que en algunas novelas nos quedan debiendo. Mi personaje favorito diría que fue Elena, su perspectiva de todo el asunto se me hizo muy realista, muy humano, yo acostumbro a marcar los fragmentos que me gustan de los libros y creo que todos los que marqué fueron diálogos de ella, además que el personaje le gusta mucho la lectura y siempre hace alusión a citas de libros, eso me gustó mucho. Hay un acontecimiento, por decirlo así en la novela que involucra a Elena y a otra persona, el cual me ayudó a conocer su lado más frágil, por decirlo así; no creo que afrontar una situación de esa manera fuese lo mejor, pero por eso no deja de ser una propuesta bastante interesante.

Lito es un personaje muy tierno, propio de un niño. Me habría gustado que él estuviera al tanto de la enfermedad de su padre para ver cómo hubiese manejado la situación un niño de esa edad, aunque si hubiera sido así la idea del viaje no habría tenido mucho sentido. Mario fue un personaje muy silencioso, demasiado para mi gusto, supongo que por eso da una sensación de que supo manejar la situación a favor de los que estaban alrededor de él, más que todo a favor de Lito, por mantenerlo ajeno a todo. Al final sí pude observar que se presentaron signos propios de alguien que quiere seguir, pero no puede y eso para mí fue extremadamente triste. Hablar solos es una novela con muchas enseñanzas, una novela hermosa que recomiendo enormemente, eso sí tengan preparado otro libro que los saqué un poco de la depresión post-lectura. Un abrazo enorme, espero que tengan una feliz semana.

«Una pena demasiado visible no inspira piedad», confirmo en un ensayo de Philippe Ariès, «sino repugnancia». Toleramos, incluso nos agrada que los demás sufran, pero no hasta el punto de que nos salpiquen, eso ya «es un signo de desorden mental o mala educación».


Yess.


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